
«señor del universo que protege e ilumina a todos los seres»
Que no te confundan estas palabras, a veces distan de lo que aparentan o imaginamos.
Tal vez proteger signifique acoger en el dolor, en lugar de salvarte de él;
o tal vez la protección llegue con apariencia de ataque,
porque la protección en realidad es de ti misma o de quién,
con el tiempo, te has creído ser.
Tal vez iluminar sea, con un simple abrazo, llevarte a un espacio lleno de luz y paz;
o tal vez implique el dolor del fuego en los ojos,
aquel que supone ver aquello que lleva tanto tiempo en la sombra.
Tras cualquiera de estas formas estoy dispuesto con la espada y la antorcha,
para acompañarte de vuelta a aquello que eres
y que tantas veces ya no recuerdas.

«Señor del universo que protege
e ilumina a todos los seres»
Que no te confundan estas palabras,
a veces distan de lo que aparentan o imaginamos.
Tal vez proteger signifique acoger en el dolor,
en lugar de salvarte de él;
o tal vez la protección llegue con apariencia de ataque,
porque la protección en realidad es de ti misma o de quién,
con el tiempo, te has creído ser.
Tal vez iluminar sea, con un simple abrazo,
llevarte a un espacio lleno de luz y paz;
o tal vez implique el dolor del fuego en los ojos,
aquel que supone ver aquello que lleva tanto tiempo en la sombra.
Tras cualquiera de estas formas estoy dispuesto
con la espada y la antorcha,
para acompañarte de vuelta a aquello que eres
y que tantas veces ya no recuerdas.