Vivo descalzo, soy vegetariano, no bebo alcohol, no uso el microondas, no consumo alimentos procesados o precocinados, no utilizo plásticos…

Un sin fin de principios que, aunque sigo en gran medida, soy flexible con ellos para que no me atrapen y limiten en forma de dogma. Y el camino de Santiago ha sido un fiel ejemplo de ello: me los he saltado todos.

Está de moda hablar de ideas limitantes, pero muchas veces hablando de ellas nos creamos nuevas ideas y dogmas que nos atrapan en una jaula dorada.

Soy poco amigo de las ideas fijas, pues para mí todas son limitantes, y parte de mi trabajo es romper con ellas: las mías primero, las de quien quiera seguir el camino después.

Porque detrás de todas ellas hay una existencia más plena y gozosa… incluso esta idea me la cuestiono.

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