He oído en el entorno espiritual cosas como: «protege tu sexualidad»; «ten cuidado con quién tienes sexo, en el intercambio energético puedes coger cosas de la otra persona»; «siento atracción sexual, pero sólo tendré sexo con una persona con la que conecte con el corazón». Muy neotántrico esto último.

Hay que protegerse de otras energías a nivel sexual, pues esto puede traer problemas. Es decir, se está actuando desde el miedo, de ahí la protección, creando una coraza, y con ella el bloqueo. Uno mismo se está generando el problema que quiere evitar.

Por un lado, cuando se conecta sexualmente con otra persona, pero se corta esta energía por ideales o pensamientos, la energía deja de fluir de forma total por el resto del cuerpo.

Por otro lado, estas mismas personas no tienen problema en relacionarse con gente, o devorar redes sociales y noticias, que les pueden afectar más profundamente. Pero eso no es importante, porque lo verdaderamente sagrado es la sexualidad.

En cualquier interacción hay un intercambio de energías, y esto no depende de cuanto se acerque una a la otra persona o de si hay un contacto físico o no. Al fin y al cabo, todo el cuerpo es sexualidad, y este no termina en la piel.

Depende de la posición que se tome, de cuál sea la actitud frente a los eventos que suceden, que las energías de las personas nos afecten o no. Independiente de si es a nivel sexual, mental o de corazón.

Lo sagrado es algo digno de veneración por su carácter divino. Lo sagrado no es algo a proteger. Si lo guardas en una caja ¿de qué sirve?

El sexo sin amor puede ser muy sagrado si se le da la presencia que merece y el sexo con amor puede no ser sagrado si se hace desde otro lugar:

Lo peligroso no es tener sexo sin amor. Tener sexo cuando lo que se está buscando es amor, eso sí puede ser peligroso.

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