Hay infinidad de caminos de Santiago marcados por toda la península y por todo Europa ¿Te imaginas que al primer peregrino de cada uno de todos esos caminos le hubieran dicho «No, no, ese no es el camino»?

Más fáciles o más duros, poco concurridos o a rebosar, unos sin albergues, otros con paradores además de los albergues. A pie, en bici, a caballo, en moto o en coche… Todos ellos son caminos al fin y al cabo.

Sigue el camino; o salte de él y crea el tuyo propio, pero sigue siempre avanzando.
Aunque estés parado, el caminar nunca para.

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