Nueva visita a Ganga Ma. Fina arena bajo mis pies. Entro lentamente en ella, sintiendo cada nuevo milímetro de mi piel entrando en contacto con sus aguas. Me sumerjo completamente y Ganga Ma acoge todo mi cuerpo, mis músculos se contraen en una primera reacción, dando paso a su rendición.
Puedo sentir mi corazón bombeando con fuerza, puedo sentirlo en mi pecho, puedo sentirlo en mi abdomen, en mis brazos y mis piernas, puedo sentir el pulso en las puntas de los dedos de mis manos y mis pies. ¡Estoy vivo! Me siento lleno de vida en cada rincón de mi cuerpo.
Salgo del agua y la sensibilidad de mi piel es abrumadora, una sensación indescriptible recorre mi cuerpo. Siento la brisa del aire y los rayos del sol acariciándome como si estuviera presente en cada célula de mi piel. Me tumbo en una roca y su calor penetra en mis músculos profundamente, estoy presente en cada célula de mi cuerpo.
Todo y nada coexisten en ese momento en mi presencia.
Siento la existencia en mí, y nada más es necesario, al hacer el amor con la vida.
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