Estamos divididos, una vez más, por una misma emoción. Unos actuando desde el miedo a un virus, miedo a la muerte, miedo a perder a un ser querido, etc… y los otros desde el miedo a los gobiernos, el miedo a ser controlados, el miedo a los efectos de una vacuna, etc….
Mientras unos nos creamos superiores a otros por creer ver más allá, queriendo cambiar la opinión del que no piensa igual; mientras escuchemos ensordecidos por el ruido del miedo, sólo aumentará más y más la distancia entre nosotros. Si comenzáramos a expresarnos desde lo que realmente estamos sintiendo, podremos conectar un poco más tanto con unos como con otros, sin todas estas barreras mentales.
Dejemos de proyectar nuestros miedos en las personas que tienen un miedo diferente al nuestro y, debido a ello, no piensan como nosotros. Nuestra gran oportunidad de crecer como seres humanos está en observar, aceptar y expresar cómo nos sentimos en esta situación y, desde ahí, ver qué es lo que, en lo más profundo de nosotros, nos lo está generando.
Tengamos presente que, tanto unos como otros, estamos viviendo esta situación con miedo al miedo. Al fin y al cabo, aunque no coincidamos en nuestros pensamientos, en realidad no somos tan diferentes.
«La vida comienza donde el miedo termina» Osho
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