No respires, sólo expresar.
Sin sentir, solo leer, sin inhalar.
Algo se abre si paro a exhalar.
Y entonces ¿qué puede pasar?
Quizás conmigo mismo conectar,
o el corazón de los demás tocar…
Mejor no, yo no le pongo voz.
Salgo pero solo a tocar.
Soy demasiado raro
para mis cosas contar.
Pero ahora sí, desde mi silla
y apuntando a los demás,
desde aquí no paro de hablar.
Y es que qué jodida estoy,
haz como yo para estar mejor.
Te aconsejo, ya no estoy tan mal,
pues desde esta perspectiva
eres tú quien está peor.
Yo no soy como ellos, al menos
en la superficie yo soy mejor.
Desde este dolor no logro ver
mi necesidad, mi falta de amor
igual que ellos desde su dolor
mi corazón sólo busca calor.
Porque antes nadie me quería.
Sólo como amigo, nada más
no me quieren como quería yo.
Luego no sé qué fue, algo pasó
mi apariencia de niño a hombre
y alrededor mío todo cambió.
Ahora solo quieren mi cuerpo
no me quieren por lo que soy,
no me quieren como quería yo.
Y de pronto un nuevo cambio,
esta vez es dentro la transformación.
Ahora me quieren o me odian
pero yo me quiero como quería yo.
Espejos de lo que no quiero ver,
incluso estas palabras eso son.
Desde el amor o desde el dolor
no lo veo del todo claro, no sé
pues ambos se confunden
ahí donde nada ni nadie soy.

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